viernes, 18 de septiembre de 2015

¿Sabes tú como crear tu propia empresa para que trascienda?


Cuando pensamos en la planificación de nuestro emprendimiento, generalmente pensamos en ganancias y no en el sentido propio de éxito como sinónimo de valor

Ponemos todas nuestras energías en alcanzar un  reconocimiento que  comercialmente nos otorgue las mejores ganancias, pero perdemos de vista el hecho de lo que debemos alcanzar es que sea una empresa con valor. La posibilidad de que nuestro negocio pueda  trascender va  más allá de los límites del mercado, los productos y la comercialización, todo depende de la  capacidad de atar la estructura de nuestro emprendimiento a  un Objetivo.
Albert Einstein decía: “Si quieres vivir una vida feliz, átala a un objetivo, no a las personas o a las cosas”.


Nosotros te podemos decir, “si quieres alcanzar el éxito en tus negocios, átalo a objetivos y metas, no a los resultados”. Si piensas en objetivos y metas como el combustible que impulse tu emprendimiento, cuando surjan dificultades, existan bajas en los mercados propias del mismo o se te presenten problemas en algún área, ya tu mente estará programada para resolver el inconveniente  para alcanzar el objetivo poniendo en juego toda tu creatividad y destreza comercial.
Son contadas las personas que  piensan, ante un proyecto, en estos términos, generalmente su motivación queda limitada al éxito comercial, cuando este no llega con la rapidez esperada o no obtienen los resultados que esperaban asocian esto al fracaso. No buscan trascender más allá del marco natural de  tiempo y espacio, no se permiten las pruebas y ensayos que le otorgaran a un emprendedor decidido y enfocado en objetivos,  alcanzar el éxito de su negocio aún si no se da según lo planificado en el primer momento.


Estar mentalizados y preparados para los contratiempos y los cambios en el proyecto es fundamental para lograr el éxito en cualquier rubro. A las dificultades propias de cada negocio (que podemos conocer o anticipar), debemos agregar los imponderables. Esas situaciones que escapan a nuestro poder de decisión o a nuestras habilidades y destrezas para predecir posibles inconvenientes. Es decir, la planificación  tanto de nuestro proyecto de vida como de nuestros negocios no debe estar pensada en función de las personas y de las cosas sino de nuestros objetivos.
Si bien no es muy agradable, es cierto que tanto las cosas como las personas tienen carácter transitorio, a raíz de esto, solo alcanzan significado y sostén para la vida y los negocios en tanto y porque existen, al desaparecer, todo se derrumba. Para poder contrarrestar esta dolorosa realidad es necesario que las personas puedan entender  que en esencia sólo pueden considerarse dueñas de su propio destino, de su capacidad de hacer y de ser; todas las otras  cosas, incluso las  personas que acompañan en su vida son producto de esto, no motivo o causa. Por esta capacidad de ser y de hacer, es que  la vida premia al hombre con los  elementos materiales que llega a poseer y lo rodea de  personas con quienes puede compartirlas con él. La relación no es inversa.



Para lograr y tener éxito en el cumplimiento de objetivos, es decir en nuestro negocio, debemos mantener una relación básicamente equilibrada y productiva con las personas, si ésta condición falta, la tarea se transforma en un proceso difícil de llevar a cabo. Todo proyecto, sea personal o comercial posee sus dificultades y obstáculos, nuestro trabajo es vencerlos y superarlos en la medida que aparezcan, esto solo lo podremos lograr si hemos conseguido un mínimo equilibrio en sus relaciones interpersonales. Ninguna habilidad o virtud es suficiente para alcanzar el éxito, solo lo lograremos si estamos en plena estabilidad y armonía, pilares  básicos en las relaciones familiares y sociales.

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