domingo, 20 de septiembre de 2015

Cuando de presión arterial hablamos el límite es 12




Una nueva investigación llevada a cabo en Estados Unidos reveló de manera concluyente, sobre un estudio realizado en adultos mayores de 50 hipertensos, que la presión arterial si se mantiene en un límite de 12 podría reducir tanto el riesgo cardíaco como la muerte por esta causa.



La investigación realizada comenzó en el año 2009. Los facultativos que llevaron a cabo estos estudios (denominado SPRINT) contaron con el apoyo de la máxima autoridad en salud de Estados Unidos). El objetivo era obtener datos con el fin de determinar tan baja debe ser la presión arterial no solo para no padecer enfermedades sino para obtener beneficios sobre la salud de los pacientes

La respuesta demoró menos de lo previsto, antes de culminar el tiempo estipulado hallaron y dieron a conocer los resultados preliminares: según sus afirmaciones respaldadas en el estudio, la presión arterial menor a 12 en personas mayores de 50 años que padecen de presión alta, reduce de manera significativa el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y reduce el riesgo de muerte.

National Institutes of Health (NIH)


 Con el apoyo del National Institutes of Health (NIH), los investigadores tomaron como punto de referencia, el impacto de las enfermedades cardiovasculares junto con las enfermedades que afectan a los riñones con el fin de mantener la presión de los pacientes estudiados, en un nivel menor del que actualmente se recomienda. Para ello, adecuaron la medicación de 9.300 pacientes de dicha investigación (todos mayores de 50 años hipertensos y propensos a enfermedades cardíacas y de riñones) para que el 50% de ellos llegue a un máximo de 12 y la otra mitad a un máximo de 14.

Según lo anunciado por el NIH, bajar la presión a 12 “reduce la tasa de episodios cardiovasculares, (falla cardíaca, ataques al corazón y ACV, a casi un tercio. Y un dato aún mayor, se reduce el riesgo de muerte en los pacientes que presentan esta patología, a casi un cuarto, en comparación con aquellos pacientes cuyo objetivo era mantener su presión en 14 (140 milímetros de mercurio)”.




 “La presión en la que hay menos complicaciones cardiovasculares en la población en general es 12/8. Cuando se supera los 14/9 ya hay hipertensión arterial. Ahora bien, entre un valor y otro existe lo que se conoce como pre-hipertensión o presión normal alta. Y en ese territorio, a nivel poblacional, aparecen mayores complicaciones”, introduce Fernando Filippini, presidente de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial.

“El estudio habla de llevar la presión a 12 en los mayores de 50 años. Yo diría que hay que ser muy cautelosos porque un anciano, por ejemplo, necesita cifras más elevadas porque si se le baja mucho la presión se puede reducir el flujo cerebral”.




El estudio SPRINT no incluyó pacientes diabéticos y eso tiene una razón de ser: “En un paciente diabético con daño renal, el descenso excesivo de presión puede ser contraproducente. Es que al haber muy poca presión de sangre en un órgano deteriorado, la cantidad de sangre que lleva a filtrar puede ser menor”.

Tampoco incluyeron pacientes que habían tenido un accidente cerebrovascular antes o enfermedad renal. Alberto Villamil, jefe de hipertensión del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires y jefe de cardiología preventiva del Hospital Argerich, agrega: “Si hablamos de población sana, tener la presión en 12/8 es óptimo. Según los datos preliminares de este estudio, menos presión es favorable para la salud al haber menos daño de la pared de las arterias. Pero si tenemos una población vulnerable –infartados, con insuficiencia renal o personas que tuvieron un ACV– no necesariamente es bueno bajar tanto la presión.




La presión es un instrumento para llevar sangre al tejido: si el paciente tiene sus arterias estropeadas y hay menos acceso de la sangre a ese tejido, un descenso muy marcado de la presión puede causar isquemia”. Estos parámetros, explica, están respaldados por las guías de la Sociedad Argentina de Cardiología y de la Sociedad Argentina de Hipertensión.

“Nuestras conclusiones aportan evidencia importante de que bajar la presión en pacientes mayores o de alto riesgo puede ser beneficioso y abrir el paso a mejores condiciones de salud en general”, dijo Lawrence Fine, director del Instituto Nacional de corazón, pulmón y sangre (NHLBI). “Pero los pacientes deberían hablar con sus médicos para determinar si esto es beneficioso para su caso en particular”. Eso es lo que sostienen los médicos argentinos: cada paciente deberá ser evaluado para saber a qué meta puede llegar.

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