Algunos la llaman la muerte blanca, la muerte súbita es un paro cardiorrespiratorio
repentino, en personas que jamás han tenido síntomas de enfermedades cardíacas ni antecedentes
familiares que lo pudieran prever.
La definición que hacen los profesionales
es determinante: "muerte súbita es
el fallecimiento que se produce en la primera hora desde el inicio de los
síntomas o el fallecimiento inesperado de una persona aparentemente sana que
vive sola y se encontraba bien en plazo de las 24 horas previas".
Con estos datos, poco o nada
podemos hacer si no tenemos antecedentes que nos alerten por esta posible causa
de muerte.
Se desencadena por una arritmia cardiaca llamada fibrilación ventricular, esto produce
que la capacidad de contracción y relajación organizada que tiene el corazón se interrumpa, y por este
motivo deja de latir.
El primer síntoma es la pérdida del pulso, y en pocos segundos más, se desvanece perdiendo el conocimiento y la capacidad para respirar. De no recibir la atención adecuada de
forma inmediata el desenlace es fatal.
Todo ocurre muy rápido, la
reanimación cardiopulmonar puede lograr, en un primer momento, que la arritmia
desaparezca y el paciente se recupere. Son muy escasos los casos en los que esto
sucede, si es así hablamos de 'muerte súbita reanimada'.
La causa de esta repentina muerte, se debe feralmente, a
una arritmia cardiaca maligna la que
se denomina fibrilación ventricular. Esta arritmia ocasiona la pérdida del latido cardíaco efectivo, ocasionando
contracciones caóticas en la actividad
eléctrica del corazón. La sangre no es bombeada correctamente, la presión sanguínea cae hasta desaparecer, se anula el riego de sangre y en
consecuencia de oxígeno al cerebro y
resto del cuerpo. El organismo
colapsa y el individuo fallece.
Si bien el cuerpo puede
sufrir unos minutos sin recibir sangre, es el cerebro el punto neurálgico que desencadena el desenlace fatal, apenas un par de minutos de falla cardíaca
pueden ocasionar lesiones irreversibles y graves en el cerebro. . Estos
riesgos no dejan de ser tales en los pacientes que reaccionan positivamente a
la reanimación, pueden llegar a tener secuelas
gravísimas que no podrán ser reparadas.
La fibrilación ventricular es
frecuente en pacientes que tienen cardiopatías
ya declaradas, es rarísima la
vez que se observa en corazones sanos, por este motivo este tipo de muerte los
suele encontrar repentinamente y quienes lo rodean no entienden nada de lo que
sucede en esos minutos.
Cuando pasamos los 35 años, el infarto agudo de miocardio es previsible,
mientras que cuando hablamos de personas
jóvenes generalmente están asociadas a enfermedades
cardiacas preexistentes, ya sea que afecte al músculo del corazón
(miocardiopatías, asociada es la miocardiopatía hipertrófica), o asociada a la actividad
eléctrica del mismo (can alopatía, como el síndrome de Brigada o el síndrome de
QT largo).
Ante
cualquier duda concurra inmediatamente a su médico
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